Aunque con cierto retraso (más vale tarde que nunca) publico el siguiente capítulo del tema de referencia.
Habíamos quedado justo después de la muerte por ahogamiento en el lago, y como voy subiendo lentamente, no estoy asustado y en el fondo no soy del todo consciente de haber muerto.
Leer más...
Todo lo que voy a explicar ahora tiene un parecido abrumador con las descripciones que aparecen en los libros de Newton. Teniendo en cuenta que yo ya los había leído antes, es posible (no digo que tenga que ser así) que mi subconsciente se haya visto influido a la hora de evocar esas imágenes, y por tanto, pueden ser recuerdos, o pueden ser simplemente adaptaciones de otras historias leidas.
Decía que subía, y del mismo modo que un avión se interna en una nube, yo también me interné. Y de repente me vi subiendo por una escalera. En los libros de Newton la gente suele describir el acercamiento de un ser querido o un anciano o guía con capa. En mi caso, lo que vi acercarse fue una bola de luz. No era un tunel ni nada parecido, simplemente una bola de luz.
Más tarde, a medida que la bola de luz se acercaba, se comenzó a apreciar una silueta, de alguien de mediana edad, con capa (como no), de color blanca, con pelo canoso, y ojos grandes. Curiosamente, a pesar de no conocer a ese señor de nada estaba completamente en calma, y no estaba asustado ni me cuestionaba nada.
Si leeis los libros de Newton, en las experiencias que describe, la gente suele tener largas conversaciones con sus guías, y con otras almas que se encuentra por el camino. En mi caso, de charlas nada de nada.
En cualquier caso sí que tenía sensaciones, e ideas no comunicadas verbalmente. Parece ser que en esa vida me excedí (no seguí el principio indio)… cacé mucho más de lo necesario (como no es raro en el hombre blanco por aquellas épocas). Otra cosa que por lo visto debería haber aprendido en esa vida es a estar solo.
La terapeuta me preguntó si el guía tenía algún nombre, y “Amrok” me vino a la cabeza. De todas formas tiene un parecido bastante fuerte con “Amarok” que es un disco de Mike Oldfield.
Entonces descanso largo rato. Más tarde me voy con el guía a una calle empedrada donde hay montones de gente. Llegamos a un edificio y paramos delante de una puerta. Abrimos la puerta y allí hay tres “entes” a quienes reconozco como parte de mi familia. Uno tiene un “halo” blanco, otro blanco-amarillento, y el último púrpura. (En el libro de Newton se asocia el color de las auras con la evolución espiritual de cada ser).
Veo a diferentes familiares de mi vida actual pero con diferentes roles, incluida mi pareja actual.
En ese momento me sentía como un niño pequeño, impaciente. Todos los que estaban en la sala eran “mayores” que yo, aunque no en edad, quizás en conocimientos, en antigüedad… no lo se, es una sensación indeterminada.
Le pregunté al guía si podía ir a ver a los animales. Me llevó a un edificio, donde se abrió una puerta y apareció “un caballo de luz sin cabeza”, al cual en ese momento yo identifiqué como mi perra pastor alemán que, por aquel entonces ya había muerto. Curiosamente esa perra era muy inquieta, pero el “caballo sin cabeza” era muy tranquilo, y tenía altura de miras, mucho más que el resto de seres en aquel edificio, e incluso que yo.
También vino una pequeña bola de luz blanca, revoltosa y juguetona, a quien reconocí como otro perro que tuve, y que también falleció. Me recordó a mi hijo pequeño, que no aparece en ningún otro punto de la historia.
Recuerdo caminar por un desierto con la perra (es decir, “el caballo sin cabeza”) mientras que la pequeña luz blanca saltarina no para de ir de un lado para otro.
En el siguiente recuerdo aparezco con el guía en frente de unas columnas altas, donde hay 6 personas sentadas, con alguien que identifico como un profesor en el medio.
Es la reunión del consejo (algo así como la valoración de lo que has hecho bien y mal en esa vida, para aprender y demás). Descubro, o me dicen, que he conseguido aprender a vivir completamente solo y autónomo, y ese era uno de los objetivos de la vida. Sin embargo me falta aprender a dejar las cosas fluir, y pasar, dejar a la gente hacer lo que le de la gana.
Luego me comentaron alguna cosilla más, que no voy a describir ahora, porque son temas muy personales.
Curiosamente se desprenden recomendaciones para mi vida actual. Escuchar música new age, trabajar como freelance (curiosamente lo que hago ahora es lo opuesto a eso), y si fuera verdad eso que me dijeron, en esta vida estaría desperdiciando el tiempo (así que espero que haya sido solo mi imaginación).
Me dicen también que tengo que meditar, dedicar más tiempo a la espiritualidad (por aquel entonces la verdad es que le dedicaba bastante), y que sería bueno que me mudase a menudo de domicilio, ciudad, pais…
Me tengo que ir, y prefiero dejar esto publicado, en vez de esperar y hacer una entrada larga que termine con la historia.. Si saco un rato acabo el resto, que ya no queda mucho.
Habíamos quedado justo después de la muerte por ahogamiento en el lago, y como voy subiendo lentamente, no estoy asustado y en el fondo no soy del todo consciente de haber muerto.
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Todo lo que voy a explicar ahora tiene un parecido abrumador con las descripciones que aparecen en los libros de Newton. Teniendo en cuenta que yo ya los había leído antes, es posible (no digo que tenga que ser así) que mi subconsciente se haya visto influido a la hora de evocar esas imágenes, y por tanto, pueden ser recuerdos, o pueden ser simplemente adaptaciones de otras historias leidas.
Decía que subía, y del mismo modo que un avión se interna en una nube, yo también me interné. Y de repente me vi subiendo por una escalera. En los libros de Newton la gente suele describir el acercamiento de un ser querido o un anciano o guía con capa. En mi caso, lo que vi acercarse fue una bola de luz. No era un tunel ni nada parecido, simplemente una bola de luz.
Más tarde, a medida que la bola de luz se acercaba, se comenzó a apreciar una silueta, de alguien de mediana edad, con capa (como no), de color blanca, con pelo canoso, y ojos grandes. Curiosamente, a pesar de no conocer a ese señor de nada estaba completamente en calma, y no estaba asustado ni me cuestionaba nada.
Si leeis los libros de Newton, en las experiencias que describe, la gente suele tener largas conversaciones con sus guías, y con otras almas que se encuentra por el camino. En mi caso, de charlas nada de nada.
En cualquier caso sí que tenía sensaciones, e ideas no comunicadas verbalmente. Parece ser que en esa vida me excedí (no seguí el principio indio)… cacé mucho más de lo necesario (como no es raro en el hombre blanco por aquellas épocas). Otra cosa que por lo visto debería haber aprendido en esa vida es a estar solo.
La terapeuta me preguntó si el guía tenía algún nombre, y “Amrok” me vino a la cabeza. De todas formas tiene un parecido bastante fuerte con “Amarok” que es un disco de Mike Oldfield.
Entonces descanso largo rato. Más tarde me voy con el guía a una calle empedrada donde hay montones de gente. Llegamos a un edificio y paramos delante de una puerta. Abrimos la puerta y allí hay tres “entes” a quienes reconozco como parte de mi familia. Uno tiene un “halo” blanco, otro blanco-amarillento, y el último púrpura. (En el libro de Newton se asocia el color de las auras con la evolución espiritual de cada ser).
Veo a diferentes familiares de mi vida actual pero con diferentes roles, incluida mi pareja actual.
En ese momento me sentía como un niño pequeño, impaciente. Todos los que estaban en la sala eran “mayores” que yo, aunque no en edad, quizás en conocimientos, en antigüedad… no lo se, es una sensación indeterminada.
Le pregunté al guía si podía ir a ver a los animales. Me llevó a un edificio, donde se abrió una puerta y apareció “un caballo de luz sin cabeza”, al cual en ese momento yo identifiqué como mi perra pastor alemán que, por aquel entonces ya había muerto. Curiosamente esa perra era muy inquieta, pero el “caballo sin cabeza” era muy tranquilo, y tenía altura de miras, mucho más que el resto de seres en aquel edificio, e incluso que yo.
También vino una pequeña bola de luz blanca, revoltosa y juguetona, a quien reconocí como otro perro que tuve, y que también falleció. Me recordó a mi hijo pequeño, que no aparece en ningún otro punto de la historia.
Recuerdo caminar por un desierto con la perra (es decir, “el caballo sin cabeza”) mientras que la pequeña luz blanca saltarina no para de ir de un lado para otro.
En el siguiente recuerdo aparezco con el guía en frente de unas columnas altas, donde hay 6 personas sentadas, con alguien que identifico como un profesor en el medio.
Es la reunión del consejo (algo así como la valoración de lo que has hecho bien y mal en esa vida, para aprender y demás). Descubro, o me dicen, que he conseguido aprender a vivir completamente solo y autónomo, y ese era uno de los objetivos de la vida. Sin embargo me falta aprender a dejar las cosas fluir, y pasar, dejar a la gente hacer lo que le de la gana.
Luego me comentaron alguna cosilla más, que no voy a describir ahora, porque son temas muy personales.
Curiosamente se desprenden recomendaciones para mi vida actual. Escuchar música new age, trabajar como freelance (curiosamente lo que hago ahora es lo opuesto a eso), y si fuera verdad eso que me dijeron, en esta vida estaría desperdiciando el tiempo (así que espero que haya sido solo mi imaginación).
Me dicen también que tengo que meditar, dedicar más tiempo a la espiritualidad (por aquel entonces la verdad es que le dedicaba bastante), y que sería bueno que me mudase a menudo de domicilio, ciudad, pais…
Me tengo que ir, y prefiero dejar esto publicado, en vez de esperar y hacer una entrada larga que termine con la historia.. Si saco un rato acabo el resto, que ya no queda mucho.