lunes, 31 de diciembre de 2007

Las "terapias" alternativas

Existen multitud de ellas. Y su número crece, exponencialmente a la buena fe de los clientes potenciales y a la falta de escrúpulos de algun@s que ven un negocio redondo en “inventarse” una nueva disciplina, bien sea por ciencia infusa, o porque alguien ha “bajado” a contárselo, o simplemente tras el invento de una historia sobre sus orígenes.

Por suerte o por desgracia he probado unas cuantas, y creo que puedo asegurar que su eficacia en muchos casos no existe, en otros no produce lo que supuestamente debe producir y en otros las personas supuestamente cualificadas no lo están tanto, acabando con el buen nombre de la disciplina en cuestión. No digo que ninguna funcione. Algo he probado que, al menos en mi caso, tuvo ciertos resultados, aunque en ninguna de las disciplinas que probé obtuve los resultados que dicha disciplina prometía. Supongo que hay casos donde la disciplina no lo es tal, simplemente es un invento del autor, en otros casos el parecido de la disciplina actual con la originaria es solo el nombre, y en otros casos el supuesto terapeuta es un farsante que presume de unas aptitudes y conocimientos que no posee. De todo hay.

Musicoterapia, risoterapia, reiki usui, reiki egipcio, flores de bach, tecnica metamorfica, cuencos tibetanos, auriculoterapia, aromaterapia, biomagnetismo, orinoterapia, geoterapia, masoterapia, vinoterapia, reflexoterapia, hidroterapia, cromoterapia, Ho'oponopono… Estas solo son unas pocas de aquellas que te prometen salud y bienestar si las practicas. En muchas de ellas debes estar relajado en una camilla y el “terapeuta” realiza algún tipo de manipulación, bien con sus manos, bien con un accesorio, por lo que el conseguir relajarse es relativamente fácil. Esa relajación es una prueba de su funcionamiento para aquellos que las venden, cuando probablemente se conseguiría de todas formas si el paciente se echa en una camilla con incienso y una música suave..

No obstante, dentro de las personas que practican estas cosas hay diversas categorías. Existen aquellos que tienen escrúpulos y te avisan de que la disciplina no es nada milagroso y que conseguirá relajarte y es posible que nada más. Pero hay otros que no los tienen y se atreven a pronosticar la curación de enfermedades graves, obviamente sin ningún resultado contrastable. Contra aquellos sería deseable que la ley actuase y dieran con sus huesos donde suelen dar otros estafadores. Supongo que todo llegará.
A ver si el año 2008 llega mejor que el 2007. Es algo que espero y deseo.

lunes, 24 de diciembre de 2007

El universo

Estaba viendo un documental sobre el universo que pusieron en el canal de historia donde se contaban datos que aunque conocidos, está bien que sean recordados, porque ponen a cada uno en su lugar.

Resulta que nos creemos el centro del universo, que si todo lo que hacemos influye, que si tenemos un pacto con el universo y un millón de milongas de esas.

Pues no, resulta que somos unos seres insignificantes que pueblan un planeta insignificante que gira alrededor de una estrella enana dentro de una galaxia formada por varios billones (con b) de estrellas, que a su vez pueden tener sus propios planetas. Estamos dentro de nuestra galaxia, no en el centro, sino en la periferia. Para que nos demos cuenta de lo insignificante que es nuestra galaxia, dentro del universo visible también se pueden ver varios billones (también con b) de galaxias.

Un par de datos que nos pueden hacer una idea de lo que representa el sistema solar dentro de la vía láctea (la galaxia a la que pertenece el sistema solar):

1. Hay más estrellas solo en la vía láctea que granos de arena en todas las playas de la tierra. Eso puede hacernos una idea de la cantidad de “tierras” que puede haber por ahí y de “seres” egocéntricos que se creen que el universo está allí solo para ellos.

2. Si el sol representa en tamaño el punto de esta “i”, la vía láctea es mayor que todo estados unidos. Somos así de insignificantes.

Así que cuando alguien me cuente lo importantes que somos, o que lo que hacemos influye en el universo, simplemente me acordaré de estos datos y me reiré un poquito.

Por cierto, que lo paseis bien esta noche, y cuidado con el turrón que se va a los michelines.

martes, 6 de noviembre de 2007

El cielo y el infierno

Doy por hecho que el papa, obispos y demás individuos pertenecientes al clero de alto rango creen en el cielo y en el infierno.

También imagino que se creen lo que predican y que, por tanto, si se miente o se roba se incumplen los 10 mandamientos. Imagino que aunque no se diga explícitamente “no torturarás” los torturadores tampoco tienen precisamente ganado el cielo.

Pues bien, hay un programa que hace el Gran Wyoming en la sexta. Se llama el intermedio y el par de veces que lo he visto me ha gustado bastante. Si no fuera por él no sabría que en la última beatificación masiva (otro día tengo pensado hablar de lo ridículo que me parece eso) se beatificó al padre Gabino Olaso Zabala, recordado entre otras cosas por la patada que propino en la cabeza a un sacerdote filipino próximo a las fuerzas independentistas a finales del siglo XIX cuando estaba siendo torturado, jaleando dicho padre a los torturadores.

¿Cómo es posible que “se eleve a los altares” a semejante personaje?

Eso me hizo reflexionar sobre algo que pienso a menudo. ¿Cómo es posible que los católicos te digan que si mientes o matas o robas incumples los mandamientos y no vas al cielo?¿Se lo creen ellos? Evidentemente no se lo pueden creer, porque si se lo creyeran me temo que la curia de alta graduación iría de patitas y sin freno a las calderas de Pedro Botero. Así que o toman por idiotas a los feligreses, o es que se creen que arrepintiéndose antes de morirse se van a librar.

Esta misma idea vale para aquellos que se autoproclaman como adalides de la bondad o de la pureza, y luego cuando no les mira nadie hacen lo contrario de lo que pregonan y tienen mentes y pensamientos oscuros.

Definitivamente el cielo no existe, porque si hay que hacer lo que dicen para ir allí, estará desierto. Y el infierno con overbooking…


Por cierto, me temo que en las próximas semanas no dispondré de todo el tiempo del que me gustaría disponer, y por tanto, el ritmo de publicación de entradas será lento. Disculpas y tal.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Los sentidos

Hoy estaba leyendo un artículo sobre sondas espaciales y comentaban que todo lo que conocíamos del espacio se basaba en unos espectros de ondas concretos, luz visible, infrarrojos..., y el autor divagaba sobre lo que nos estaremos perdiendo... comparaba el tema a lo que ocurriría si solo tuviéramos un sentido.

En la naturaleza, la mayor parte de los animales tienen algunos sentidos menos desarrollados que nosotros, pero alguno mucho más desarrollado. Por lo tanto, aunque tengamos cinco sentidos hay mucho que nos perdemos de la naturaleza, no oimos ni olfateamos como un perro, ni vemos como una mosca ni tenemos el tacto de una serpiente.

¿Y si hay muchos más sentidos que 5 y no lo sabemos? Cuanto nos estaríamos perdiendo entonces... Aunque si recordais la película de M. Night Shyamalan "el sexto sentido" es posible que sea mejor quedarse en cinco y además medio atrofiados. Quizás no merezca la pena percibir aquello que no percibimos.

En cualquier caso, ojos que no ven... (nunca mejor dicho)...

No creo que un murciélago eche de menos ver, si nunca ha visto*. Del mismo modo no podemos echar de menos no tener sentidos para percibir algo que nunca hemos percibido...

Bueno, como divagación por hoy está bien.

*Nota: Los murciélagos sí que tienen ojos y pueden ver, aunque se orientan principalmente por el oído

lunes, 15 de octubre de 2007

Virus

Hoy es el " Blog Action Day ". En este día, más de 5000 bloggers pondrán en sus blogs una entrada sobre medio ambiente.

Mi blog es mínimo, pero no quería dejar de poner mi granito, con algo que siempre he pensado.

Siempre que pienso en alguien con cancer o alguien con Sida, o cualquier otra enfermedad que implique alguna forma de parasitismo pienso que si los parásitos supieran que al crecer de forma tan desmesurada iban a matar al anfitrión y de este modo iban a desaparecer ellos también se lo pensarían dos veces e intentarían proteger a aquel organismo del que dependen.

Pues no. El ejemplo es lo que está pasando en la tierra. El paralelismo es notorio: Nosotros somos los parásitos que vivimos a costa de nuestro anfitrión, la tierra. Nos dedicamos a acabar con sus recursos, hacemos que se enferme, y si no hace nadie algo, antes de que nos demos cuenta, llegaremos a acabar con el "organismo" del que dependemos. Y de ese modo acabaremos con nosotros mismos.

¿Nos detiene eso? Parece que no. Y se supone que somos seres inteligentes.

La evolución

Oí en algún lugar que lo siguiente en que evolucionaría el hombre es en la desparición del apéndice o de la muela del juicio. También se habla de una hipertrofia del dedo gordo debido al uso del ratón o a una modificación de las vértebras debido al tiempo que pasamos sentados.

Yo creo que no, creo que el siguiente paso en la evolución pasará por el control del dolor debido al uso masivo de analgésicos.
El dolor es bueno, en tanto en cuanto que hace que tomemos medidas. Me duele el dedo y por ello tengo cuidado con el dedo y no lo utilizo hasta que se cura; me duele el estómago y por ello tengo cuidado con lo que como hasta que el estómago se cura.

Pero por ejemplo, en una migraña… ¿Para que sirve el dolor? Y no solo en el caso de una migraña. El típico dolor de espalda asociado a un pinzamiento nervioso, el de la artrosis, el de una hemorroide… El siguiente paso en la evolución ha de ser la desaparición de los dolores que no sirven para nada o al menos su control.

Otra cosa en la que puede evolucionar el ser humano es en un hígado más resistente y eficiente, para soportar el castigo a que se le somete los fines de semana, y poder metabolizar el alcohol consumido sin dañarse y de una forma eficiente.

De todas formas ni yo, ni ninguno de los que leeis esto podreis comprobar hacia donde evolucionará el ser humano pero sería una porra interesante, ¿no?

domingo, 7 de octubre de 2007

La estadística y la suerte

La estadística, según dicen, se cumple siempre. Sin embargo no siempre se cumple de la misma manera. El que de 60000 veces que tiremos un dado haya como resultado aproximadamente 10000 veces uno y 10000 veces pueda salir dos no quiere decir que si yo tiro el dado 6 veces me vaya a salir cada vez un número distinto. Si así fuera los casinos se morirían de hambre.

Si aplicamos eso a la vida de andar por casa existe un componente de incertidumbre que, aunque a nivel global no exista porque la estadística se cumpla casi matemáticamente, a nivel particular sí que existe, y entonces entra en juego lo que conocemos como suerte.

Realmente la suerte no existe, no es tal. La suerte no es más que una desviación individual de la estadística que a nivel general no tendría repercusión. Sin embargo, esas desviaciones son las que hacen que a nivel local haya gente que le toque la lotería y se hagan ricos y haya otros que pierdan la pareja, la familia, el trabajo y yo que sé que cosas más. Lo achacamos a la suerte, pero al final son matemáticas, y aunque se pueden predecir los resultados para un grupo muy numeroso no se pueden predecir solo para un individuo, al menos con las herramientas que tenemos por aquí, ya que los videntes no usan la estadística.

Las tertulias

Hoy en día puede ser “periodista” cualquiera. Y no me refiero a los programas del corazón, de los que no digo nada porque apestan y no hacen falta razones, solo hay que ver medio minuto de cualquiera de ellos haciendo zapping.

Me refiero a las tertulias. En esos programas todo el mundo sabe de todo, y si no sabe se lo inventa porque el que se queda callado no repite. Y entonces asistimos a que alguien se ponga a hablar de economía sin saber de conceptos tan simples como la inflación o el producto interior bruto, o a que alguien se ponga a hablar de aeronáutica y diga que un avión vuela porque la propulsión a chorro de los motores hace que se despegue, o a que alguien diga que un motor de gasoil es peor para el efecto invernadero que uno de gasolina o que se descuelgue a comentar que las palomas tienen muñones en las patas porque son mutantes.

Y el problema es que aquellas personas con poco o ningún espíritu crítico dan todas esas cosas por ciertas porque “sale en la tele y tiene que ser verdad”, y aumenta la incultura que ya existe de un modo galopante en algunos sectores de la sociedad.

Ser tertuliano es muy sencillo. Algunos consejos para poder ser un buen tertuliano y ganarte la vida con media hora de “trabajo” al día podrían ser:

- Lo más importante: No te quedes callado nunca. Sepas o no sepas del tema di algo, aunque solo sean palabras huecas.
- Parafrasea a alguien conocido. A veces parece que se aprenden tres o cuatro citas y utilizándolas de forma dosificada ya aparentas tener idea.
- Jura que lo que dices es cierto, invéntate la fuente. Nadie la va a comprobar y siempre cuela.
- No lleves demasiado la contraria al moderador o no repites.
- Tienes que aparentar saber de todo. Piensa que los que tienes enfrente tampoco tienen ni pajolera idea, así que no importa que tu burrada sea la mayor.
- Si sacas una foto a alguien famoso o conoces al primo de la cuñada de la portera de la vivienda de algún famoso ya tienes plaza.

Eso es, a grandes rasgos, lo que debes hacer para ser un buen tertuliano. No te preocupes, lo harás genial. Se necesita mucho esfuerzo para empeorar el panorama de la tertulia en España, y aún así no creo que se pueda conseguir.

Superhombres

No solo existe el superman que todos conocemos. Existen otros. No me refiero a las diferentes versiones de héroes, ni a aquellos personajes de películas, generalmente americanas, que hacen y deshacen, suben y bajan, nunca les pasa nada, las balas les esquivan, sus huesos no se rompen, no les circula sangre por las venas y tienen más vidas que un gato (de esos puede que hable otro día).

Me refiero a los superhombres de verdad, a aquellos que sí que existen, aquellos de andar por casa y que arriesgan su vida a diario para que nosotros vivamos en un mundo mejor.

Hoy quiero reflexionar sobre las personas que se dedican a servicios de urgencia, bomberos, policia, rescate, voluntarios o asistencia de diversos tipos.

No es solo que hagan un trabajo encomiable, y que de vez en cuando puedan sentirse orgullosos por haber salvado vidas. Es el añadido de que cuando comienzan su jornada nunca saben si el riesgo va a estar ahí, escondido, esperando, traidor. Hoy puede ser un día tranquilo y aburrido sin nada que hacer y en cuestión de segundos deben subirse al helicóptero, al coche de bomberos, o esquivar las balas de un atracador. Y la vida no es como las películas. En la vida real los helicópteros no flotan eternamente en el aire, y si se caen no salen los ocupantes como si nada hubiera pasado. En la vida real el fuego quema, y si no tienes cuidado puedes acabar en el hospital o algo peor. En la vida real las personas no repelen las balas ni los cuchillos, ni pueden correr eternamente sin cansarse.

Nos levantamos por la mañana, salimos a la calle y seguimos con nuestra vida. Cuando oímos una sirena, o vemos despegar el helimer seguimos a lo nuestro sin pararnos a pensar que el hecho de oír esa sirena signifique que alguien está pasando por serios problemas. Son las cosas de la vida. Menos mal que esas personas que tienen problemas cuentan con personas que de mejor o peor forma, están ahí para ayudar.

Cuando pienso en su trabajo, a lo que se enfrentan y lo que consiguen, hace que me sienta pequeño, y que los problemas diarios de lo que nos quejamos pierdan su importancia, pero claro, ojos que no ven, corazón que no siente.

viernes, 28 de septiembre de 2007

¿Qué es verdad y qué no lo es?

Estaba yo divagando como me ocurre muchas veces sobre lo que es verdad y lo que no lo es. Sobre las verdades de ayer que son mentiras hoy o sobre las verdades de hoy que serán mentiras mañana.

La historia está llena de esas verdades que se transforman en mentiras con el paso del tiempo y mentiras que se transforman en verdades. Sin embargo todos actuamos como si ya se hubiera llegado al final, como si las verdades de hoy no fueran a evolucionar como casi siempre han hecho y convertirse en mentiras en un futuro.

Incluso de aquellas verdades “universales”, aquellas que no han evolucionado con el paso de los tiempos, no podemos decir que lo sean. No sabemos si mañana evolucionarán, porque esto que escribo, tampoco es verdad absoluta, puede que lo sea hoy, pero no se si lo será mañana.

De momento solo queda vivir con las verdades de hoy, y si mañana son mentira, prefiero ignorarlo. Tampoco ignorarlo de manera ciega, porque cuando el signo cambia no es agradable quedarse con cara de bobo.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Incapaz

Estoy amordazado. No se explicarme. No encuentro las palabras dentro de mi limitado vocabulario para explicar lo que bulle por mi mente.

Cuando eso ocurre es mejor parar la máquina, y esperar momentos mejores.

Así que hoy no cuento nada, no explico nada, no publico nada, solo mi incapacidad para poder explicar, para poder publicar, para poder hablar.

Es Lunes. Y el día no da para más. A currar se ha dicho.

Mañana será otro día.

domingo, 23 de septiembre de 2007

En su momento

Cuando eres un chiquillo, eres un poco de todo.
Artista, cientifico, atleta, sabio…
A veces parece que el crecimiento es un proceso de abandono de esas cosas.
Supongo que todos tenemos algo que lamentamos haber abandonado, algo que echamos de menos… que abandonamos porque eramos perezosos, o porque no pudimos despuntar… O porque tuvimos miedo.

Esto no es mio, es de “Aquellos maravillosos años”.
Pero sí que es verdad que a veces pienso en ello. Y no solo de pequeño, incluso de más mayorcito.

Lo malo es que hay cosas que tienen su momento, y si no las haces cuando toca, al final no las haces.

Pasa el momento y nunca se recupera. Como dice alguien que aprecio, el día de hoy cuando está vivido ya no vuelve. Y si no haces lo que tienes que hacer, ya no lo haces.

Pero… ¿Cómo sabemos que es lo que tenemos que hacer?

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Basura periodística

Hace tiempo que pienso en hacer una entrada sobre los tertulianos en general. Puede que la haga algún día. Pero lo que vi hoy me llevó a límites nauseabundos, peor aún de lo que uno está acostumbrado a ver en las tertulias.

Después de comer tenía puesta la cuatro porque ponen friends, y aunque los haya visto varias veces me siguen gustando. Después estaba en el sofá y empezó un programa de esos de chismorreos que presentan Boris Izaguirre y Ana García Siñeriz.

En los titulares (justo cuando suelo apagar la tele) comentaron el tema de moda: Los McCann y el tema de Madeleine, (en el foro se comentó aquí)y que tenían a un psiquiatra forense que sabía mucho del tema y con el que iban a hablar. Pudo más la curiosidad que la convicción de que esos programas son una basura y aguanté un poquito. Digo un poquito porque no soporte verlo todo, y a mitad de entrevista apagué la tele.

Resulta que en este país de zambomba y pandereta sueltan lindezas como “Es que pruebas no hay, porque si hubiera pruebas estarían acusados”, y acto seguido “Esa señora algo esconde, porque se medicaba…”. Es decir, que no hay pruebas. Lo dicen los chismosos del barrio. Pero les acusan. Y la acusación se basa en algo tan sólido como que la mujer toma ansiolíticos o antidepresivos (que en España son los fármacos más vendidos, por encima de los analgésicos). Y en evidencias como que la mujer no llora. Es decir, que si llorase sería inocente.

Y continúan con chorradas como que la defensa de los McCann se basará en tirar las pruebas de la policia portuguesa. ¿Y como quieren que se defiendan si no? Además esas “pruebas” son de risa. ADN de alguien que no aseguran que sea Madeleine al 100% en un coche que estuvo rulando por ahí 20 días después, que cogieron 20 personas, en el que fueron los gemelos y en el que llevaron efectos de la niña. ¿Eso es todo? Porque si eso es todo lo que tiene la policia, si a las pruebas me remito, los McCann son más inocentes que un pajarito. Ah, no!!! que es que sedaban a la niña. Prueba sólida donde las haya. Yo poto. Y más teniendo en cuenta que en el 2004 tuvieron un caso similar en la misma zona (menuda coincidencia) y también fue acusada la madre. Mejor no vamos con niños al Algarve, porque debe haber un virus que hace que los padres se carguen a los hijos, los escondan, y el mismo policia brillante los detenga. Como yo soy mal pensado me parece demasiada coincidencia el mismo sitio con el mismo policia. Mi convicción es tan válida como la del “psiquiatra forense”, porque está basada en las mismas pruebas: NINGUNA. ¿Por qué no empiezan a especular los programas basura con eso?

Y ese supuesto psiquiatra forense (como decía Gila igual era forense porque conducía un ford) se aventura a realizar un diagnóstico psiquiatrico en base a la cara que presenta en las entrevistas la madre de la niña. Eso en un país donde un psiquiatra, tras una entrevista exhaustiva y a solas no acierta ni la cuarta parte de las veces. Y se aventura a decir que “ella es la que manda”, que si “se confesaron es porque tenían culpa”…

Es decir, la presunción de inocencia nos la pasamos por el fistro.

Dicen chorradas como que “el secreto de sumario (que si no me equivoco lo decreta un juez instructor) no le interesa al juez instructor”. ¿Entonces para que lo decreta?

“Que si el ADN no puede ser de los gemelos y la niña a la vez”. Primero: No hay muestras previas del ADN de la niña, así que la única comparación es con cada uno de los gemelos por separado, porque si no son mellizos tienen distinto ADN. Y si encima no es concluyente, ya me direis.

Es que sobre este tema se han escrito muchas barbaridades. Como que sabían que habían sedado a la niña esa noche porque las muestras de ADN del coche así lo demuestran. Me reiría si no fuera un tema serio. Mucho CSI han visto algunos…

No se si son culpables o inocentes. Si tengo que juzgar por las pruebas que cuentan son más inocentes que un manco al que acusan de robar guantes. Y si son inocentes todos estos carroñeros usureros y cosas peores que no digo porque no queda bien tendrían que ser multados o algo peor. No se puede jugar así con la vida de las personas. Y más, teniendo en cuenta que si son inocentes les han secuestrado a su hija que no aparece, y bastante tienen ya con eso.

Y si son culpables, vivimos en un estado de derecho, que es lo que nos queda, y en un estado de derecho todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y con lo que hay solo se demuestran tres cosas: La incompetencia de la policia portuguesa, la carroñería de los programas de algunos que se llaman periodistas y manchan el buen nombre de los periodistas de verdad, y la ligereza con la que juzgamos a los demás sin tener pruebas ni estar legitimados para ello.

martes, 18 de septiembre de 2007

Patriotismo

Siempre hay algo que me llama la atención cuando un deporte se comienza a seguir de forma masiva. En este país, al ciudadano medio en la mayoría de los casos, y exceptuando el fútbol, no le gusta un deporte por el deporte en sí, sino porque quien participa en él saque resultados buenos o malos siendo Español.

Recuerdo quien veía el tour de Francia antes de que participase Perico Delgado (en los buenos tiempos de Hinault). En España veían el tour cuatro gatos. Pero claro, comienza a despuntar Pedro Delgado un poco, y como es Español, todos a seguir el tour. Importa poco que no se hayan subido a una bicicleta en su vida, y que Perico sea Segoviano y ellos de Cadiz o La Coruña y no lo conocieran ni lo fueran a conocer en su vida… Pero es español… y como es español, lo toman como algo suyo.

Ocurrió después con Indurain, y ahora ocurre en mayor medida con Fernando Alonso.

Tele5 compró los derechos de retransmisión de los campeonatos del mundo de fórmula 1 a precio de risa. Eso fue antes de que Fernando Alonso comenzase a despuntar y a ganar carreras. Nadie veía los grandes premios excepto los verdaderamente aficionados que eran cuatro. A partir de entonces, un público marginal comenzó a crecer hasta los 7 millones de espectadores en directo y hora punta, lo cual es una cantidad más que respetable.

¿Qué sabían estos 7 millones de nuevos aficionados al automovilismo antes de que Alonso comenzase a ganar? Poco o nada, pero por ciencia infusa son amplios especialistas en motores, escuderías, formas de salir en las carreras, formas de pilotar, neumáticos y lo que se tercie. Todos están legitimados para discutir si un coche obstaculiza a otro y lo que es legal y lo que no. Todos expresan su opinión y se enfrascan en amplios diálogos de besugos donde el mejor es el que dice la tontería más grande. Tanto es así, que si no te metes en ese diálogo y das tu formada opinión el lunes posterior a un gran premio vas a tener tu boca cerrada, porque en el trabajo no se habla de otra cosa.

Y es lo más importante. Si pasas por el parque cuando se está disputando un gran premio oirás a alguien preguntar como le va a Alonso, como si ellos llevasen comisión o algo.

¿Bajarán los garbanzos porque gane o pierda Alonso? Pues no, los garbanzos costarán lo mismo gane o pierda. Pero la gente actua como si bajasen cuando gana y subieran cuando pierde. Nunca lo entenderé. Lo más gracioso es que si tuvieran que pagar a Alonso porque es español y “nos representa” nadie soltaría un duro. Es justo si tenemos en cuenta por que corre Alonso, o Perico o Indurain: Por dinero. No corren por ser españoles, e intuyo que les importa poco. Si a Alonso le dijeran que iba a cobrar 10 o 20 millones al año en vez de los 3000 millones que dicen que cobra, pero a cambio representaría a España… diría que se metieran la representación por el fistro, porque corre, como es lógico, por dinero.

Por otra parte conozco extranjeros que me caen bien y españoles que me caen mal. Nunca entenderé que se apoye a alguien por el lugar donde ha nacido y no por su competencia.

Al final solo es patriotismo de hojalata.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Como NO colgar un espejo

Tienes que colgar un espejo poniendo dos tacos con dos alcayatas a la distancia adecuada para las hembrillas que trae el espejo.

Vas al armario. Coges dos alcayatas. Recoges todo lo que se te ha caido al suelo. Coges dos tacos del 6. Marcas donde debería ir el cuadro.

Vas a por el taladro. Luego vas a por el alargador porque el cable del taladro no llega.

Coges el taladro. Lo enchufas. Te das cuenta de que no has puesto la broca. Vuelves a por la broca. Colocas la broca. Raudo y veloz desenchufas el taladro. Vas por el agua oxigenada. Te desinfectas la herida que te acabas de hacer al poner el taladro en marcha por error mientras colocas la broca. Vuelves a intentar poner la broca. Ya tienes el taladro con la broca puesta. Miras las marcas que has hecho en la pared para hacer los agujeros.

Aprietas el gatillo del taladro y te acercas a la pared con el taladro en marcha. Sueltas el gatillo. Luego tendrás que reparar el agujero y el surco que has hecho por error cuando acercaste el taladro en marcha a la pared.

Acerca el taladro APAGADO a la pared. Coloca la punta de la broca en la marca. Enciende el taladro. Aquello no perfora. Suelta el gatillo. Enciende el percutor. Vuelve a poner en marcha el taladro. Haz el agujero. Busca a oscuras el teléfono del electricista. Vas al cuadro y consigues dar la luz, pero en esa habitación ya no funciona. Tendrás que hacer el otro agujero con linterna. Te acercas. Colocas la broca en el agujero. Ves que el taladro hace un ruido raro al perforar, pero te da igual y aprietas más. Raudo y veloz busca la llave de paso para cerrar el agua, porque como siga saliendo agua de ese agujero vas a inundar a los vecinos de abajo. Busca el teléfono de un fontanero.

Te cambias la venda porque aquello sangra cada vez más.

Al fin ya tienes hechos los agujeros. Vas a por los tacos. Entran con demasiada holgura. ¿Qué broca has usado? Ponía 6. No señor mio, ponía nueve, pero la has mirado al revés.

Bajas a la ferretería a por tacos del 9. Colocas los tacos. Esta vez son los adecuados. Colocas las alcayatas. Son demasiado pequeñas para un taco del 9 (eran para un taco del 6). Bajas a la ferretería a por alcayatas más grandes. Las colocas. El espejo entra mal porque las hembrillas son pequeñas para esas alcayatas. Bajas otra vez a la ferretería. Compras hembrillas más grandes. Intentando poner las hembrillas te cargas el espejo.

Vas a comprar otro espejo y compras alcayatas que valgan para las embrillas del espejo y los tacos del 9. Subes a casa. Colocas las alcayatas. Colocas el espejo. Te queda torcido porque no mediste bien y no usaste el nivel.

Vuelves a medir. Esta vez usas el nivel. Haces otro agujero. Ya taparás el otro cuando arregles el surco que hiciste antes. De paso deberás pintar la habitación. Colocas otro taco del nueve. Cuelgas el espejo… y por fin has acabado la historia.

Médico de urgencia: 90 euros

Electricista: 90 euros

Fontanero: 100 euros

Albañil (el fontanero tuvo que picar la pared): 120 euros

Espejo roto: 120 euros

Pintor: 240 euros

El que cuelgues tú solo el espejo… no tiene precio. Para todo lo demás, mejor llama a alguien que te lo haga o te cargas la casa.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Como hemos cambiado

A veces, solo a veces, recuerdo a los amigos que he ido dejando atrás. Recuerdo a aquellos amigos de la EGB cuando era niño, con ocho o nueve años, que al cambiar de colegio nunca volví a ver ni a saber nada de ellos. Recuerdo al grupo del instituto, lo bien que lo pasábamos, y recuerdo aquella promesa de no perder nunca el contacto, y si aún así lo perdíamos el volver a encontrarnos el 14 de Febrero de 2002 en las puertas de nuestro centro de estudios. Recuerdo al grupo de la pandilla, donde conocí a mi actual pareja y con los que, salvo excepciones, hace meses cuando no años que no veo.

La vida es eso, es caminar y dar pasos, y en tu camino dejas atrás (o te dejan atrás) a otros que toman otros caminos o van por el tuyo a distinta velocidad.

Es triste pensar que toda esa gente que un día fue importante para ti está por el mundo, no sabes nada de ellos, si están en dificultades no les puedes ayudar y si lo están pasando bien no puedes compartir su alegría.

¿Por qué nos distanciamos? Quizás cambiamos con la edad, o simplemente el azar hizo que nuestros caminos se cruzasen y se separasen posteriormente. Quizás en realidad no éramos amigos, sino personas que compartían aficiones comunes o necesidades comunes en momentos concretos.

Cuando miro a los que van ahora al instituto veo a personas despreocupadas, alegres, joviales, ingénuas… supongo que como éramos por aquel entonces. Sin embargo ahora somos “mayores”, y tomamos “crianza” (como en aquel episodio de 7 vidas). No es que necesitemos cambiar, nos lo imponemos a nosotros mismos. Y eso hace que las prioridades de aquellos tiempos se diluyan en las preocupaciones de la vida diaria de adultos, en la que no hay tiempo para la ingenuidad. Yo no añoro ser niño, ni ser adolescente. Añoro la actitud que teníamos aquellos días que la sociedad ha ido dejando sin fuerza hasta el punto de hacerla desaparecer. Como decía aquella canción de “Presuntos Implicados”, «Como hemos cambiado»

jueves, 13 de septiembre de 2007

Los intermediarios

Cuando cogemos una manzana para comérnosla (al estilo de Barbosa en Piratas del Caribe) vemos la manzana, y pagamos por ella. Pero no nos percatamos de la cantidad de personas que viven de esa manzana sin realizar ningun aporte práctico a la misma más que llevarla de un lado para otro.

Puede que suene a broma el que a veces la persona que recoge las manzanas cobra la décima parte de lo que nosotros pagamos en la tienda o el supermercado, ya que desde que el agricultor vende la manzana al primer intermediario, este al transportista, este al mayorista, este al minorista y por último a nosotros, el producto se encarece, y mucho.

Lo mismo ocurre con la mayor parte, por no decir todos, los bienes que adquirimos, sean perecederos o no.

Si supieras cual es la diferencia entre lo que has pagado por el ordenador que estás utilizando y su coste real seguro que te sorprendías.

Al final en el mundo los que realizan trabajos realmente productivos son cuatro, y el resto vivimos a sus expensas.¿Como sería el mundo si todos realizásemos actividades realmente productivas? Probablemente sería un mundo más justo y con más recursos.

Pero eso nunca llegará, porque los que no producimos somos mayoria.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Historia Universal 2ª parte – La prehistoria II

Habíamos quedado en que la mujer había descubierto el fuego, y en la invención de diversos conceptos que aún utilizamos hoy en día.

Sin embargo, a pesar de haber descubierto el fuego por casualidad les costaba mucho volver a crearlo. No tenían claro cual era el mecanismo que a la postre encendía la chispa, así que repetían todo el ritual completo. Para ello el marido tenía que acostarse con la vecina y su esposa le perseguía de nuevo tirandole piedras. Después de varios intentos volvía a prenderse el fuego. Eso podía durar días.

Como a la señora esposa no le hacía gracia que su marido copulase con la vecina se estableció que el fuego debería estar encendido las 24 horas para que el marido no tuviera que hacer el sacrificio. Un día el marido cogió una piel de animal para apagar el fuego (¡¡que pillín!!) y comenzó a salir humo negro. Apartó la piel y volvió a ponerla creyendo que el fuego desaparecería. Eso hizo que aparecieran figuras de humo en el horizonte. Se asustó y tiró la carne de la caza de ese día al fuego a ver si se apagaba. Pero no tuvo éxito. Todos los que en la lejanía vieron el humo comprendieron que estaba ocurriendo algo y volvieron corriendo, y se encontraron al hombre intentando apagar el fuego. Se había inventado la comunicación por señales de humo. Ese día el marido recibió pedradas aunque el fuego estaba encendido. Como no había más caza tuvieron que comer la carne que el hombre había arrojado a la hoguera. Y vieron que estaba mucho mejor cuando se echaba al fuego que cuando estaba cruda. Se había inventado la cocina.

Comprobaron además, que cuando estaba el fuego encendido los animales no se acercaban. Comprobaron que se podía conseguir fuego con ramas más pequeñas, y así te podías alejar del fuego y las bestias no te atacaban. Se había inventado “el fuego portátil” o “telefuego”, la antorcha.

Se especula sobre como se inventó la peluquería. A pesar de lo que dicen la mayoría de las corrientes, parece ser que la antorcha tuvo mucha culpa. El hombre era inexperto a la hora de llevar la antorcha y en un accidente la acerco demasiado al pelo de su señora. El pelo se quemó. Más tarde, la mujer al agacharse para beber se vió. Y le gustó lo que vió. Se lo contó a sus compañeras, que quisieron tener el pelo igual. Se había inventado la moda de los peinados y la figura del peluquero, aunque los métodos eran claramente diferentes a los de hoy en día.

El tema del maqullaje fue algo que también se inventó por accidente. Los mosquitos de la prehistoria eran grandes como burros, y pegaban unos picotazos igualmente grandes. Probaron a taparse con pieles, pero los mosquitos se colaban igual. Un día, cuando los hombres prehistóricos veían uno de los pocos espectáculos que se podían permitir, la lucha de tías buenas en barro, se dieron cuenta de que los mosquitos a ellas no les picaban cuando estaban embadurnadas de barro. A partir de ese momento todos se embadurnaron de barro. Y del mismo modo, la señora del pelo quemado se agachó a beber, y se vió la cara con barro. Y también le gustó. Lo comentó con sus compañeras, y a partir de ese momento comenzaron a usar el barro para algo más que la lucha y la protección contra los mosquitos. Se había inventado el maquillaje.

No está claro por qué el hombre comenzó a usar taparrabos. Una corriente sostiene que era debido a las lesiones que se causaba en su pene al golpeárselo contra las piedras. Hay que tener en cuenta que los hombres de la época eran paticortos y penilargos. Sin embargo eso no explica por qué las mujeres también usaban taparrabos. Otras corrientes sostienen que era para evitar la suciedad y las infecciones. Ese es un tema en del cual todavía queda mucho por hablar.

Dejamos entonces el tema del paleolítico con el ser humano poseedor del fuego y del maquillaje. Fue una época dura, pero apasionante para el historiador riguroso.

lunes, 10 de septiembre de 2007

El biberón de madrugada

Tienes el despertador puesto a las 3 de la mañana. A veces suena, y a veces el niño releva al despertador de su trabajo y lo hace él mismo. Es un despertar mucho más estresante y asqueroso.

Cuando te despierta el despertador, te despiertas con cara de Zombie vas a la cocina a preparar el biberón y si no tienes cuidado le echas zumo de naranja en vez de agua y sal en vez de leche en polvo. Eso cuando te despiertas tú antes de los llantos del bebé.

Si el bebé comienza a llorar te pondrás a cien e irás a preparar el biberón a toda carrera, porque sabes que tiene hambre y no quieres que llore. Entonces sí que aciertas con el agua y con la leche en polvo, pero con las prisas volarán por los aires y acabará todo en el suelo.

Después de lavarlo, esterilizarlo y preparar otro (ya limpiarás el suelo más tarde) echas la medida de agua que toca y como la boca del biberón no es muy grande caes todo por la encimera. Te acuerdas de todos tus parientes próximos y lejanos y vuelves a intentarlo, y por fin consigues prepararlo. Pero el biberón está frío, y no querrás que tu peque se quede helado. Toca calentar el biberón. Existen diversas técnicas. Al baño María, en el microondas, en el calienta-biberones… Yo me decanto por el calienta-biberones. No me gustan los microondas y no es plan de llamar a la tal María para que se bañe y caliente el biberón a las tres de la mañana. La pega del calienta-biberones es que es algo lento. Pero mientras se calienta el biberón si el bebé no llora puedes limpiar el suelo que has manchado antes.

Cuando se apaga la luz del calienta-biberones te echas un poco en la mano, y en ese momento, mientras pegas un grito de dolor por la quemadura, te das cuenta de por que es necesario hacer eso y no es ninguna tontería.

Enfrías el biberón debajo del grifo con tan mala suerte que se te abre el biberón, se te derrama todo, y vuelta a empezar.

Tras repetir toda la historia OTRA VEZ, consigues tener un biberón con la temperatura justa y al final bien hecho. Vas a ver al niño y el pobre se durmió por aburrimiento. Le despiertas y le das el biberón. Se lo come todo porque entre pitos y flautas, biberones en el suelo y biberones abiertos llevas tres cuartos de hora de retraso. Luego toca que el niño eche el erupto. Cuando crees que está todo acabado el niño te vomita encima, y tienes que cambiarle la ropa y cambiártela tú. Por fin, después de todo eso, de limpiar el suelo y de limpiar el biberón te puedes ir a la cama a seguir durmiendo. Pero piensa que sobre todo al principio, los biberones son cada cuatro horas, así que puedes dormir un par de horitas y vuelta a empezar.

Hace 30 o 40 años

Hace 30 o 40 años, si querías ver una serie o una película, tenía que ser en el único canal de televisión que había, hasta que comenzó a emitir la segunda, y como no podías grabarla porque no existía el vídeo ni el dvd, o la veías en el acto o te quedabas sin verla. Y no había reposiciones, porque a cierta hora dejaban de emitir y no había programación ni por la noche, ni por la mañana, excepto los sábados y domingos.

Y lo mejor era que como el mundo tenía que ver el mismo canal, al día siguiente todo el mundo comentaba la misma serie o la misma película.

Eso de estar localizable a todas horas con el móvil tampoco era posible y podías desaparecer y que nadie te encontrase sin tener que inventarte la tan manida disculpa de que te habías quedado sin batería en el móvil.

Los viajes por carretera se convertían en una odisea, las averías de los coches eran frecuentes y el tener que llamar a la grúa se convertía en un calvario (porque no había móviles).

En los supermercados (que digo... en las tiendas de ultramarinos) las cajeras (la tendera) debían teclear el precio en el teclado o escribir la nota en un papel, (no había lectores de códigos de barras) y las equivocaciones eran frecuentes. Además el teclado, cuando lo había, era analógico y las teclas no eran tan suaves ni tan rápidas como las digitales.

No existían las consolas ni portátiles ni fijas. Lo más que había eran máquinas de pinball analógicas en los bares. Y si querías jugar al fútbol, bajabas a la calle y jugabas de verdad, no con el dedo.

Tampoco existían los ordenadores (me refiero a los personales. Sobre la “historia de la informática” es posible que hable otro día), no existían las calculadoras científicas (y prácticamente las básicas tampoco), no existían los navegadores ni las agendas electrónicas.

Cuando tenías que sacar dinero tenías que ir al banco en horas de oficina, generalmente a tu sucursal. La forma de pago era metálico o metálico, con lo que había que llevar siempre el dinero encima.

Si tenías que acordarte de algo o utilizabas bolígrafo y papel o utilizabas las neuronas que poblaba tú cabezas justo debajo del pelo.

La mayor parte de los inventos que ahora nos hacen la vida más fácil han traido como consecuencia que nos hagamos vagos. Hoy por hoy no tratamos de recordar los números y las citas, ya lo hace la agenda por nosotros. No hacemos cuentas, que las haga la calculadora o la hoja de cálculo. No tenemos que ser previsores a la hora de disponer de efectivo, porque hay cajeros en todas partes, y si no siempre puedes pagar con tarjeta.


No hay que preguntar si te pierdes, porque el navegador hace que no te pierdas, tanto que te acostumbras a no mirar las indicaciones de salidas en las autopistas, y si no tienes encendido el navegador te las pasas.


Es sorprendente como esos inventos nos han cambiado la vida.

Volar en avión

Como dije en otra entrada no suelo tener vértigo, y no tengo miedo a volar. Pero sí que conozco a personas que no lo llevan tan bien.

Algunos de ellos se “santiguan” repetidas veces antes de despegar como si al avión no le propulsasen sus motores, sino las manos de Dios. No se por qué van en avión. Si Dios hace que el avión vuele que se pongan el traje de Superman y pidan a Dios que les haga volar a ellos, así se ahorraban el billete y ayudarían a reducir el efecto invernadero.

Hay otros que no son tan religiosos. Esos, normalmente no suelen sentarse en ventanilla porque les da miedo mirar y ver a que altura están, como si por no estar mirando el avión no subiese y no se pudiera caer. El ser humano a veces es algo muy extraño.

Lo que ayuda en casos de esos es meterse uno o dos copazos al cuerpo. No es que entonces no tengan miedo, porque siguen teniendo miedo a caer, pero al menos ahora no les importa. Recuerdo el caso de uno, que se tomó algo más que un par de copas. El buen señor se dedicó a deleitar y amenizar el vuelo a los demás, con cánticos regionales, hasta que a la pobre azafata a la que le tocó el marrón, le recordó que ya había hilo musical en el avión y que se pusiera los cascos. Al pobre hombre, cuando le hablaron de la palabra “cascos” le vino a su cabeza la posibilidad del accidente y comenzó a llorar desconsolado. A partir de ese momento ya no hubo cánticos regionales, sino cánticos de plañideras, bueno, de una plañidera, hasta que el avión aterrizó y acompaño a las autoridades competentes y les pudo cantar a ellos. Así que ya sabeis, solo una o dos copas, no más.

Algo que ocurre con los que se sientan en el asiento del copiloto del coche (algunos querrían taladrar el suelo y frenar como los picadiedra) ocurre también en el avión cuando hay turbulencias: Hay gente que se agarra al avión como si fueran capaces de sujetarlo, o ellos solos pudieran hacer que se quedase en el aire, cosa bastante absurda, porque otra vez que no necesitaríamos keroseno para hacer volar el avión, lo sujetan ellos, lo hacen volar ellos y nos ahorramos el efecto invernadero.¿Acaso se creen superman?

En casos como ese, cuando el avión retiembla, podreis observar como se miran serios unos a otros y tragan saliva, como si el avión fuera a caer por cuatro corrientes de aire de nada. Entonces dejan de hablar. Pero si alguno se sienta al lado del ala, y esta se mueve por las turbulencias entonces este ya se pone serio. Si alguien hace un comentario así como “¿Es normal que se mueva el ala así? ¿Es normal que salgan esas chispas de los motores?” Entonces no solo se ponen serios, ya se quedan blancos. Y si suena el avisador de megafonía, aunque solo sea para decir la temperatura que hay en barajas, entonces el grito y el histerismo es colectivo.

Ahora entiendo por que hay lugares en el mundo donde al terminar el aterrizaje el pasaje aplaude, como si el piloto hubiera cantado una ópera. ¿Aplaudirán en realidad por los cánticos regionales del señor de antes? Porque nunca ha salido el piloto a dar las gracias por la ovación…

De todas formas, y fuera de broma, el avión es uno de los métodos más seguros de viajar que existen, siempre y cuando no te caigas…

viernes, 7 de septiembre de 2007

Rappel en el rocódromo de La Ñora

Solo he hecho rappel una vez en mi vida.

Para el que no lo sepa rappel es bajar por una pared de una montaña atado a una cuerda.

Tenía por aquel entonces 16 años, y me fui de excursión con el club de aire libre que existía donde yo estudiaba. La excursión era para hacer rappel, bajar en escala y algo que llamaban “tirolinas” y no sabía lo que era.

Se requería permiso escrito de los padres, y como no me iban a dejar ni siquiera pedí permiso. Fui mentalizado a ver como los demás hacían rappel y yo me quedaba mirando.

Pero oh! Sorpresa, cuando llegamos allí no pidió nadie el permiso de los padres ni nada, y cuando preguntaron quien era el siguiente el menda se apuntó.

La sensación de desprotección y libertad es única cuando te subes al borde del precipicio con el cinturón puesto y te atas la cuerda de seguridad y enganchas las dos cuerdas con las que vas a bajar.

El tema tenía su historia porque nos contaron (supongo que para meternos miedo y que no hiciéramos la cabra) que el verano anterior se había caido uno y se había despeñado por no ponerse bien el equipo, así que el menda se aseguró de que tenía todo bien puesto y me dispuse a bajar.

Me dijeron que si tenía vértigo no mirase abajo. La verdad es que vértigo no suelo tener así que miré abajo, a los lados, y la sensación más extraordinaria, hacia atrás, y ves toda la inmensidad del espacio que puede ver un pájaro cuando sale a volar del nido.

Al final llegué abajo y entero.

Después de comer vi a que se referían con el tema de “las tirolinas”. Se cuelga una cuerda de un lado de un río, se pasa al otro lado algo más abajo, te pones un cinto de seguridad y bajas por la cuerda. Es muy divertido. Como el tema iba rápido lo pudimos hacer varias veces.

Mereció la pena, y a pesar de tener solo 16 años aún me acuerdo. (Menos mal que no pidieron las autorizaciones, que si no…)

Nunca se lo conté a mis padres.

Historia universal I – La Prehistoria

En el albor de los tiempos (desde el punto de vista humano) el ser humano no gozaba de las comodidades de las que gozamos ahora. (Estoy hablando de la Pebble cultura, es decir, cultura de cantos rodados, piedras, no tiene nada que ver con la ópera ni con la música).

Ahora nos quejamos de la vivienda, y queremos una vivienda digna. Pero por aquel entonces, como no se había inventado la casa, (solo se había inventado la cueva) la vivienda digna consistía en un agujero en la pared donde el inquilino, en sus ratos libres, hacía garabatos en las paredes. Hoy en día eso estaría muy mal, porque si haces garabatos hay que pintar la pared, pero de aquella no existían las distracciones que hay hoy en día y el hombre prehistórico se aburría.

Solo había 4 diversiones principales, comer (cuando podía), dormir (cuando le dejaban), pintar garabatos y el sexo. Hago notar que hablo del hombre y no de la mujer, porque de aquella los derechos de la mujer estaban muy por debajo de los derechos del hombre (mucho más que ahora).

Comer suponía un problema. No siempre era sencillo encontrar comida, y además estaba muy dura (no se había descubierto el fuego), aunque siempre podías sugerir al de al lado que te invitase (nacimiento del gorrón) y si eso no funcionaba usar el garrote (ese fue el nacimiento de la mafia).

Para dormir lo tenía aún más complicado. A veces había truenos y relámpagos y el hombre pasaba mucho miedo y no podía dormir. Como el ser humano de aquella época no tenía explicación para un ruido tan grande pensó que alguien más grande tenía que hacer el ruido. Ese fue el nacimiento de la religión.

Por otra parte cualquier fiera podía venir a atacarle y por lo tanto debía dormir con un ojo abierto. Cuando vivían en comunidad es posible que alguno se preocupara más de lo normal y estuviera toda la noche despierto mientras los demás despreocupados dormían (ese fue el nacimiento del pringao).

Pintar garabatos era lo más sencillo de todo. No requería más que los materiales que usaba como pintura. Cuando vivían en comunidad, había uno que no cazaba, se dedicaba solo a pintar garabatos sugiriendo que así los demás iban a poder cazar más porque él tenía una conexión especial con los dioses, y a cambio los demás le daban parte de la caza (ese fue el nacimiento del embaucador).

Cuando un hombre quería sexo lo tenía muy sencillo, cogía el garrote y garrotazo a la señora. Se había inventado el matrimonio. Si la parienta del de la cueva de al lado estaba mejor que su esposa, iba con el garrote a la cueva de al lado, y echaba de la cueva al inquilino (invención del deshaucio y desalojo) y copulaba con la inquilina (invención del adulterio), aunque su propia esposa dolida y con mucha mala leche es posible que cogiera un montón de piedras y se liase a pedradas detrás del señor del garrote. Parece ser que en contra de lo que dicen por ahí, fue una de esas piedras la que golpeó con otras que a su vez estaban al lado de hojarasca y se prendió fuego. Se había inventado el fuego, y fue la mujer la que lo inventó por accidente, aunque claro, el hombre tenía el poder y se cambió un pelín la historia.

Por aquel entonces no existían dentistas como los de hoy en día. Según estudios, cuando un indivíduo debía sacarse una muela lo que hacía era intentar beneficiarse a la señora esposa del vecino, que cabreado cogía el garrote y garrotazo que te crió. El sistema tenía un problema, que a veces te sacaba la muela que no era (se había inventado la negligencia médica).

Después de que la mujer inventase el fuego se dieron cuenta de que hacía falta combustible para alimentarlo. Como no se había inventado el hacha, utilizando piedras afiladas, uno de los hombres era el encargado de subirse a los árboles y cortar ramas. A veces no era tan “sapiens” como cabría esperar y cortaba la rama en la que estaba sentado y se caía al suelo. Se había inventado el accidente laboral y el chichón.

(continuará… o no… ¿Quién sabe?)

jueves, 6 de septiembre de 2007

Realmente lo más duro es ser papá...

Ya he comentado lo duro que es que un niño venga al mundo, tanto para el niño como para la madre. Pero el que peor lo pasa, en contra de la creencia popular, es el padre.

Si la pareja tarda en concebir, es porque el hombre no vale y sus espermatozoides son vagos. Si hay un embarazo sin buscarlo, el hombre es poco menos que un criminal y ha de aguantar las miradas asesinas del padre de ella: “¿Qué le has hecho a mi hija?” Como que ella no hubiera hecho nada y se hubiera quedado solo mirando…

Después del positivo con el predictor hay que decírselo a la familia y amigos, donde él sonreirá, intentará explicar… pero nadie le hará caso, porque la protagonista es ella… como que él no hubiera puesto nada (acordaos de la mirada asesina del padre de ella).

Y a él le queda lo más difícil: Conseguir flan con nata a las cuatro de la mañana, no vaya a ser que el niño salga con un flan tatuado por no satisfacer el antojo de la madre, porque una fresa o una cereza, vale… Pero un flan tatuado, es un pelín grande.

Pobre padre, que tendrá que aguantar los cambios bruscos de humor de la madre, y pasar de las sonrisas o carcajadas a las lágrimas. Porque el pobre nunca se había fijado en como olían las nubes. Y cuando no lo entiendas (no porque no te esfuerces, sino porque aquello no hay quien lo entienda) aguantar la bronca por insensible.

Y no solo eso. También aguantará sin rechistar que se le despierte a horas intempestivas de la noche porque el bebé ha dado una patadita. En realidad, cuando el bebé da pataditas, tendrá que dejarlo todo sea a la hora que sea, pero por la noche es más duro, porque despertarte porque da una patadita… Que gracia hace la primera vez. Ya verás cuando salga al mundo, si te da una “patadita” la gracia que te hace.

Y ¿que me decís de la abstinencia sexual? Hay casos que, por decisión del médico o de la madre o de ambos, desaconsejan las relaciones sexuales durante el embarazo. Y al pobre padre se le van los ojos detrás de cualquier escoba con faldas, porque nueve meses a palo seco, son muchos meses.

Todas estas cosas trastornan gravemente la psique del progenitor, porque ya me direis si no es porque el hombre se ha trastornado como es posible que le hable a una barriga. Es típico que el padre mire a la barriga y se ponga a hablar lentamente (para que la barriga le entienda bien) y le dice “yo soy tu papá”. ¿Y que espera? ¿Qué la barriga conteste? Incluso hay alguno que hasta le pone cascos de música a la barriga. Por favor, que yo no le veo las orejas a la barriga por ninguna parte…

Otro indicativo de la falta de sueño o del trastorno mental es la cara de panoli que se le queda al padre en la consulta del médico viendo la primera ecografía (ya lo comenté antes), donde tanto el padre como la madre asentirán al médico como si se enterasen de todo. Cuando el médico sale de la sala se miran el padre y la madre. ¿Tú ves algo? Yo tampoco. ¿Por qué asienten entonces como si fueran capaces de interpretar una ecografía?

Y lo mejor de todo es el parto. Las falsas alarmas. Los paseos al hospital y vuelta a casa. Cuando por fin es la hora de la verdad y no es una falsa alarma hay dos tipos de padres, los que aguantan el nacimiento del bebé sin desmayarse y los que se desmayan. Los que se desmayan ya no se enteran de nada, y llevarán el estigma de blandengues de por vida. Los que no se desmayan aguantarán estoicamente los apretones de la madre cuando le vengan las contracciones. A alguno le han salido moratones. Y pobre de ti si no le dejas tu brazo, porque entonces llorará, y las enfermeras y el médico te mirarán igual que te miraba el padre de ella al principio del embarazo, como si solo tuvieras tú la culpa de que esté embarazada.

Y llega el nacimiento del bebé. Casi todos los bebés al nacer nacen con la cara deforme y amoratados, y algunos con una cara de mala leche de mucho cuidado. Tú que habías estado todo el embarazo pensando lo guapo y hermoso que iba a ser tu bebé te llevas el chasco de tu vida cuando ves ese adefesio. Incluso algún padre ha dicho que lo volvieran a meter, que no lo quería… Menos mal que a las pocas horas el azul y la deformidad de la cara se va pasando.

Y entonces empieza de verdad lo divertido, de lo que ya dije que hablaré otro día.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

¿Y tú, que sabes hacer?

Todos sabemos usar un microondas, encender la tele o el ordenador. Todos sabemos abrir una lata o comer queso, subirnos a un coche o a un avión. Pero… ¿Cuántos de nosotros sabemos montar o fabricar un microondas (o solo el principio de funcionamiento)? ¿Cuántos sabemos fabricar una lata o un vehículo? ¿Y un frigorífico?

Digo esto porque el hombre es “mas inteligente” que otras especies, pero solo cuando está acompañado (y no de dos o tres, sino de una legión…). Si a cualquiera de nosotros fuéramos colocados en mitad de ninguna parte, solos, no tardaríamos en morir. No sabemos hacer nada ni servimos para nada. Solo hay que ver que en “Supervivientes” no sabían ni tan siquiera hacer un tejado.

No sabemos hacer nada. Solo sabemos aprovecharnos de los descubrimientos o inventos de unos pocos “homo sapiens” inteligentes y el resto, que de "sapiens" solo llevamos el nombre, nos dedicamos a vivir a costa de su trabajo y su inteligencia. Eso sí, a los que pagamos millonadas es a aquellos borregos cuyo mérito está en mover una bola o pedalear en una bicicleta o mover un volante o cantar desafinando. Pero al descubridor de la vacuna contra el papiloma (por poner un ejemplo reciente) no le caen ni agradecimientos ni nada. Es más, ni siquiera conocemos su nombre, aunque al final, nuestra vida y nuestro bienestar dependen de esos inventores y descubridores anónimos.

El día que haya huelga de cerebros, se acaba la humanidad. Y desgraciadamente para el ser humano, los cerebros no son tantos.

¿Somos superiores al resto de los seres? A la luz de lo que he apuntado ni de broma.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Que duro es ser mamá...

Hablaba antes de lo duro que es ser bebé. No le va a la zaga en cuanto a padecimientos a la propietaria del cuerpo que el bebé ocupa. A mi me recuerda mucho a la película “Alien”, si no fuera porque el bebé habitualmente sale por donde debe y porque algunos no escupen… menos mal.

Antes de nada hay que distinguir a los tipos de mamá que existen. En cuanto a la concepción se dividen en dos tipos: Aquellas que buscan el embarazo, con la posibilidad de pasar un buen rato, y aquellas que buscan la posibilidad de un buen rato, y encuentran el embarazo.

Sean del tipo que sean, llega la falta del periodo. Unas (las que buscaban al bebé) mirarán el test de embarazo con esperanza. Y las que no lo buscaban también, pero con esperanza de que no salga la maldita línea.

Luego, y sin darte cuenta, los planes… el contarlo a la familia y amigos… y los vómitos mañaneros. Aquellos pedazo de vómitos que no respetan nada, y que hace que la pobre mujer sea capaz de mapear el retrete con los ojos cerrados de tanto mirarlo.

Las hormonas del embarazo producen un extraño efecto en las madres. Todo lo que a una persona normal le parece normal, a ellas les hace llorar, o les pone tiernas. Eso explica la cara que se les queda con la primera ecografía, porque ya me direis que por una faba a la que no le puedes ver la cara ni se le distingue nada, la cara de tonta que se les queda a la madre. Esto de las hormonas debe ser contagioso, porque la cara de pánfilo que se le queda al padre supera, si cabe, a la de la madre.

Todo eso por algo tan canijo…¡¡¡Que esa cosa tan canija provoque este peazo barriga, los vómitos, los ardores de estómago y los antojos…!!! Los antojos demuestran que esa “faba” aunque aun no tenga forma ni sexo ni nada tiene un poder controlador mental, y es capaz de controlar los deseos de la madre. Eso explica que algunas les de por comer pepinillos, pero no uno ni dos… un bote de litro entero.

Y llega el tercer trimestre, aquel del ardor de estómago, del sueño contínuo, de no poder levantarse sola del sofá si no hay alguien que le ayude y de las clases de preparación al parto, aquellas clases en las que se enseña a la madre a respirar, y a superar el parto con la ayuda del padre, ese padre que en cuanto ve la sangre se desmaya y acaba en una cama perdiéndose el maravilloso milagro de la vida.

El parto… la salida del inquilino que se apalancó sin pedir permiso. Ese montón de horas sin dormir y con dolores horribles. Ese sacar un melón por el hueco de un limón. Menos mal que la naturaleza es sabia, y al final, sin saber como, el niño sale.

Y entonces se acabó lo bueno… y empiezan los verdaderos problemas.

Pero de esos hablaremos otro día.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Es duro ser bebé

La verdad es que no se cuando nos damos cuenta de nosotros mismos. Lo que tengo claro es que en un momento dado yo soy yo, y estoy cómodo y calentito. Tengo una vivienda donde estoy a gusto. Y de la que no quiero salir. Pero me echan, no me dejan estar allí. Es igual que te agarres, que pegues patadas o que te des la vuelta. Hagas lo que hagas te echan por las buenas o por las malas.

Últimamente está muy de moda el parto en casa, el parto en la piscina, el parto en una silla… ¿para que? ¿Para que la madre esté más comoda? Supongo que no, porque para eso está la epidural. Se supone que es para hacernos a los bebés la vida más fácil y el tránsito más sencillo. ¿Cómo va a ser el tránsito más sencillo si nada más nacer lo primero que recibimos es un bofetón? Y es igual el modo en que nazcas. Si te haces el duro y piensas “Yo no lloro, a fastidiarse”, guantá que te crió. Ya aprendes a los 20 segundos de haber nacido de que va este mundo. Tanto parto fácil y parto natural y leches, y el único que recibe la leche (y no precisamente del pecho de la madre) es aquel que no llora. Luego los padres se quejan si el niño llora y no les deja dormir. Lo que yo digo, vosotros empezasteis.

Después de llorar y por si fuera poco el sacarte y darte un guantazo, te meten debajo del grifo. ¿Será porque olemos mal? Porque en esa habitación entre el olor a hospital, a desinfectante y el olor a sudor de la madre y el médico no veo yo en que desentono por estar un pelín teñido de rojo. Así que si sumamos la rasca que hace en esa habitación después de salir del útero al agua que nos cae encima, el trauma es de órdago.

Después nos ponen en brazos de mamá, pero solo durante una ratito pequeño, y otra vez de excursión. - Tío, que yo estaba calentito en mi cuarto, donde no hacía frío, donde no había ruidos y donde no se me deslumbraba y ahora me llevan de excursión por todo el puñetero hospital. Y no te preocupes, que les da igual que acabes de nacer o tengas frío, porque aquello parece “el día de las puertas abiertas”… ¡vivan las corrientes!.

Y no te preocupes si tienes vértigo o miedo a caerte, porque cuando te cogen no te cogen de forma amable o cariñosa. Te cogen por los pies y te dejan boca abajo, como si estuvieras en una carnicería…ale!, de un lado para otro y mirando para el suelo, como si fueras la bolsa de la compra.

Después de eso, según donde nazcas, puede ser que después de un rato enorme te lleven con mamá, o que te dejen con otros que han sufrido el mismo trauma que tú en una habitación llena de cunas. Y si antes tenías un habitáculo pequeño que solo era tuyo ahora tienes que compartir la habitación en la que estás con otro mogollón como tú, con una vidriera enorme, para que sepas de que va el mundo, que eres un guiñapo y no tienes derecho a nada, ni siquiera a la intimidad… igualico igualico que la mili. Menos mal que aquí no te gritan aquello de “eres una mierda”… Pero a alguno de tus compañeros es como si se lo hubieran gritado, porque los puñeteros no callan, no paran de llorar, y yo quiero dormir, hombre.

Además de todo eso, hay que aguantar que un montón de personas te miren y hagan muecas y pongan cara de idiotas. ¿de que se rien esos? Me gustaría que pasaran por lo que yo he pasado a ver si se reían o les hacía gracia. ¿Será que los mayores son así de zoquetes? y encima tienes que aguantar que no apaguen la luz…

Si tienes la suerte (o la mala suerte) de nacer en otro tipo de hospitales, en esos que te llevan a la habitación con mamá, entonces es diferente. En ese caso tiene que aguantar al plasta de tu padre sacarte una foto, y con flash, eso sí, para enseñar a las amistades y que quede bonita. No te digo la gracia que te hace después de venir de un ambiente oscuro y que la primera luz que veas vaya unida a un guantazo, lo que supone el flash de una cámara. Y por si eso no fuera suficiente hay que aguantar los berridos de algunas que parece que no han visto un niño en su vida. Y luego se extrañan de que llores. Y lo de las visitas… veinte personas en una habitación, en esa habitación donde estoy yo, que acabo de nacer, con sueño y ganas de que me dejen en paz. Tengo que aguantar los batuqueos y el pasar de brazo en brazo, y la chorrada de a quien me parezco, si a mamá o a papá o al vecino del quinto… ¿al vecino del quinto? (corramos un tupido velo)…

De todas formas, como estoy molido llega un momento en que me importa un pimiento lo que pase, las voces de la gente, la luz de la habitación, las risas y los portazos… y aunque no es el mejor ambiente para dormir me da todo igual y me quedo frito. Y entonces, cuando descubro que en este nuevo mundo hay algo bueno, el dormir, me despiertan. Es con buenas intenciones, es para comer, pero con lo bien que se está durmiendo… y encima es para comer…. allí delante de todo quisque. Otra vez a recordarte que no tienes intimidad. Pero como tienes hambre te adaptas y comes. Y si lo de la intimidad se te había olvidado te despelotan con la disculpa de cambiarte el pañal… ¡¡que se lo cambien ellos, que el mio está seco!!, pero ya sabes que eres una mierda y que no te hacen ni caso.

Y todo eso en las primeras horas del nacimiento. Y luego nos sorprendemos de que haya gente rara y que a algunos no nos guste el mundo. No me extraña… con la bienvenida que nos dan…

viernes, 31 de agosto de 2007

Divagar por divagar

A algunos a los que se nos ha ido algún ser querido, al menos a mí, cuando intento pensar en aquellos que ya no están, me vienen a la cabeza preguntas y pensamientos. El otro día le tocó al olvido y hoy le toca a la relación entre la vida y la muerte o la posible continuidad de la vida.

¿Qué es la vida? ¿Puede ser solamente un camino lleno de dolorosas metamorfosis y reacciones químicas, desde que dos células se unen hasta que el organismo se apaga y nos lleva a la desconexión absoluta con todo, el vacío y la muerte? ¿o la vida puede ser solo una pequeña etapa dentro de una existencia más amplia?

Esta pregunta puede tener mucha repercusión, porque de lo que sea la vida depende lo que es la muerte.

¿Qué hay tras la muerte? Más allá de las religiones que nos prometen la felicidad eterna, en las que no creo y cuyas teorías no comparto, podemos formular diversas opciones:

1.Si no hay nada, aquellos que ya se han ido se han apagado como un ordenador, salvo porque al no funcionar su base orgánica nunca se volverán a encender. Es una sensación extraña, porque ya no son nada de lo que han sido. Ya no sufren ni sienten placer. No hay recuerdos, y por tanto lo que haya sucedido en sus vidas ya no tiene importancia. Ya no queda nada de la felicidad ni del miedo, ni del bienestar o el dolor, de la risa ni el llanto. Es una tragedia y al mismo tiempo una liberación.
Digo que es una liberación porque el sufrimiento que el ser ha pasado a lo largo de su vida no existe ni ha existido, del mismo modo que no existe el dolor que hemos sentido al nacer, porque ninguno lo recordamos.

Digo que es una tragedia porque todo lo bueno que ha experimentado también se ha evaporado y no queda nada. Solo queda el producto de sus actos, los buenos y los malos, en todos nosotros, en los que estamos aquí. (Ahora podría volver a lo del olvido, pero es redundante).

2. Pero si hay algo después, si la vida sigue, si hay una vida antes del nacimiento o después de la muerte puede significar que el paseo por esta existencia sólo es un punto dentro de una línea. O quizás dentro de un círculo.

Si es un punto dentro de una línea, significa que hay un principio y un fin, y por tanto, existirá de alguna forma un nacimiento y una muerte absolutas aunque no sean estas que conocemos, con lo que volvemos al punto 1, y podemos repetir el razonamiento.

Si es un punto dentro de un círculo, significa que no hay principio ni fin, que la vida ha existido siempre y durará eternamente. Dentro de la teoría del círculo puede haber dos opciones, una es que los recuerdos continúan y otra puede ser que sí son borrados. Si son borrados, aunque repitamos un millón de vidas en un millón de entes para el protagonista es como si de verdad hubiera vida y muerte, con lo que volvemos otra vez al punto 1.
Si no son borrados, es posible que el nuevo ente recuerde al anterior aunque no lo sea, con lo que sus recuerdos perduran, pero no en su ser, con lo que volvemos al punto 1.

La única salida para no volver al punto 1 es que la vida continúe dentro del mismo ente, que los recuerdos lleven nombres y apellidos y acompañen a su propietario. Si no, todo es el punto 1.

Ya se que es divagar por divagar, y como dice mi pareja lo que tenga que ser será y lo que sea no tiene importancia porque lo único que tenemos es el aquí y el ahora.

Pero me lo sigo preguntando porque es duro pensar que aquellos que se han ido se han ido del todo y nunca les volveremos a ver.

Al final es divagar por divagar y no tiene mucho sentido, pero para eso es este blog…

jueves, 30 de agosto de 2007

Crueldad gratuita

Somos la especie más cruel que pisa la faz de la tierra. Ninguna especie animal mata por diversión. Cierto es que algunas especies se “divierten” cuando matan pero el fin último de ese asesinato es llenar el estómago. En el caso del ser humano hay incontables ocasiones en que inflige sufrimientos a otros seres o directamente les priva de su mayor activo, la vida, solo por diversión o con el objeto de lucirse o colocar un trofeo en la pared, y lo peor es que están socialmente aceptadas.

Un ejemplo muy claro son los toros. Conozco a personas que son forofos de “la fiesta”. Me gustaría a mi saber que opinarían si en vez de un toro les pusiéramos a ellos y comenzásemos a clavarles pinchos y banderillas por todas partes, y que, al final, una espada les traspasase desde el pecho hasta la espalda, a ver si lo seguían considerando una fiesta.

Al mismo nivel que los toros podemos situar la cacería del zorro, o las peleas de gallos.

Otro ejemplo pueden ser las pieles. ¿Cuántos pequeños animales son sacrificados para obtener un solo abrigo, que no tiene ninguna aplicación más que el lucimiento de la maruja de turno?

Pero hay ejemplos que no por “inocentes” son menos serios. La mosca a la que se le arrancan las alas, la lagartija que acaba en una cajetilla de tabaco y esta en una hoguera, o el gato al que se le cuelgan latas del rabo. Aunque sean “acciones infantiles” todos estos hechos definen al ser humano como puñetero y desconsiderado para con las otras especies.

Y no hablo de los zoos y parques marinos. Si de verdad viéramos como capturan a los “huéspedes” de esos lugares quizás se nos quitarían las ganas de pisar uno de esos lugares de por vida.

Como digo de vez en cuando, porquería de especie humana.

miércoles, 29 de agosto de 2007

El olvido (si estás de buen humor no sigas leyendo)

Miércoles por la mañana. Lluvioso y lúgubre. El día acompaña a mi estado de ánimo. Lo bueno de que llueva es que «nunca llueve todos los días» y al final siempre sale el sol. Es como la parábola del anillo: «Esto también pasará».

Pero hasta que se me pasa me viene un tema a la cabeza que tiene que ver con los que ya no están y los que estamos y el miedo a no estar.

Alguien me dijo una vez que nadie quiere morirse. Eso no es del todo exacto (suicidas y tal). Pero profundizando un poco más hay gente que simplemente no quieren morirse, aunque no le tengan ningún miedo, y hay otros que, por diversas razones, tienen miedo a la señora de la guadaña.

Una vez tuve una conversación con alguien sobre este tema. Le pregunté si tenía miedo a irse al otro lado y me dijo que no. Que tenía miedo al dolor, pero sobre todo tenía miedo a “no estar”… a que la vida iba a continuar sin ella como si nunca hubiera existido. A que al día después de su partida seguiría amaneciendo, los coches circulando y los aviones volando. Y no quedaría nada de ella.

Otra persona ante la misma pregunta me dijo que lo que le daba miedo era la nada, el hecho de que no existiera nada después de la muerte y todo su conocimiento fuera a la “nada”.

Recuerdo a un cantante conocido que ya nos dejó. Estuvo muy enfermo una temporada y se curó. Dio un concierto bastante achacoso porque estaba convaleciente y dijo algo que en su momento me impactó mucho. Dijo: “Que duro es estar sin vosotros (por el público). Pero lo más duro es el olvido”. Y creo que puso el dedo en la llaga.

Hay muchas personas que temen al dolor o a lo desconocido. Pero quizás el temor sea mayor al olvido, a ese “no haber existido”, a no dejar huella, a que nuestros seres queridos no se acuerden de nosotros y nos olviden. De ahí que busquemos un sentido a la vida, algo que “continue” lo que empezamos, al fin y al cabo luchar contra ese olvido que nos impregnará y nos llevará con él.

Porque hay una cosa cierta, el olvido no llega mientras siga arrastrándose por este mundo alguien que recuerde a aquellos que se han ido, pero al final, en una o dos generaciones y salvo que seas alguien muy insigne, el olvido llega, nos envuelve y nos hace desaparecer.

De todas formas… ¿Qué hay de malo en eso?

martes, 28 de agosto de 2007

No es suficiente

Vivo en una ciudad de 270.000 habitantes. En una ciudad con 270.000 habitantes, según dicen los políticos se considera adecuado que existan 2 uvi’s móviles para asistencia a las personas en caso de accidente o enfermedad súbita grave.

Analizando las posibilidades de supervivencia de un cerebro con un deficiente o sin ningún aporte de oxígeno a medida que va pasando el tiempo, puede que los políticos digan que es suficiente, pero la realidad demuestra que el vivir o morir se reduce a un macabro juego de azar que depende de si la uvi que te toca está o no atendiendo a otra urgencia, está fuera de servicio o está en otro barrio, porque los escasos minutos en los que se produce la muerte cerebral, a no ser que me hayan engañado y las uvi’s móviles vuelen, no llegan ni con las carreteras vacías.

Y más si toca que la ambulancia se encuentre con el singer morning o el dominguero de turno que no se aparta, estorba y no es consciente de que esos 20 segundos que la ambulancia ha perdido detrás de él pueden suponer que alguien que iba a vivir ya no viva.

Así que en lo que a mi respecta, si en vez de gastarse en dinero en demostrarnos lo bueno que es el ayto de turno por la radio, por la tele o en panfletos informativos en los buzones que cuestan una pasta, o siendo tan generosos con las subvenciones al equipo de fútbol local que solo sirven para que los niños malcriados que no dan un palo al agua y además no son capaces de subir a primera tengan un coche de buena marca y última generación debido a sus fichas, a todas luces exageradas, o incluso en la propia televisión regional que solo sirve para que el gobierno de turno se dé autobombo y propaganda, en las subvenciones a fiestas regionales, o en tantas y tantas cosas donde se malgasta el dinero se incrementase el parque de uvis móviles todos saldríamos ganando, y en especial aquellos que han tenido o vayan a tener un episodio súbito en los que les peligre la vida. Nadie está libre de ello.

¿Y si...?

Hace mucho que no veo el canal de Odisea. A mi pareja le disgusta sobremanera ver como la naturaleza (que en el fondo es muy cruel) impulsa a unos seres a merendarse a los otros para poder seguir existiendo en este mundo y no ser pasto de los gusanos después de unos días famélico arrastrándose por aquí y por allá.

Cuando lo veía siempre pensaba en aquel cachorro que por azares del destino y por una decisión puntual mal tomada se separaba de la manada o de los cuidados de su madre y acababa en el estómago agradecido de un depredador. Siempre pienso en ese punto, en ese pequeño momento, en esa decisión que supuso la diferencia entre la vida y la muerte.

¿Qué hubiera ocurrido si hubiese decidido caminar en sentido contrario? Al estilo de películas de hollywood habría existido otro futuro, incierto pero diferente donde ese cachorro habría crecido y habría llegado a vivir. Todo su futuro habría cambiado.

Quizás con menos trascendencia que la vida y la muerte, pero aún así con mucha trascendencia, todos a lo largo de nuestra vida hemos tomado decisiones que nos han inclinado hacia un lado o hacia otro de la balanza. Con el paso de los años se me ocurren a bote pronto una docena de situaciones en las que de haber hecho algo que no hice o de haber tomado un camino en vez de otro no estaría donde estoy, no estaría con quien estoy ni seria quien soy.

¿Quién tuviera una máquina “y si”? (Esa máquina que apareció en varios episodios de futurama que mostraba como hubieran sido las cosas si…)

Si cierto día no hubiera metido los dedos en el enchufe, si hubiera vivido en otro barrio, si hubiera salido con aquella chica, si hubiera marcado una «x» en vez de un «2», si hubiera estudiado aquello en vez de esto, si no hubiera hecho el vago en aquel examen, si me hubiera ahogado en aquella playa, si en cierta entrevista de trabajo hubiera contestado «a» en vez de «b», si no hubiera entrado en aquel callejón oscuro… mi vida seria completamente diferente y lo que ahora es mi vida ni tan siquiera hubiera existido.

Sé que es absurdo preguntarse que habría sucedido, nadie lo sabe ni nadie lo sabrá, pero sin embargo, me lo pregunto.

domingo, 26 de agosto de 2007

De acampada en Los Lagos de Covadonga

Hace ya muchos años, en Septiembre del 93, el menda y otros dos, con ganas de pasar una noche al fresco, cogimos un par de tiendas de campaña, mi renault 5 amarillo viejo y destartalado, la cámara de fotos y nos encaminamos hacia Los Lagos de Covadonga con la intención de dormir allí y pasar un buen rato. No tenía ni idea de cuanta gente solía hacer eso, ni tan siquiera si estaba permitido, pero de dar la vuelta siempre había tiempo. Además ya había subido a Los Lagos a pie desde El Mirador de la Reina el invierno anterior con todo nevado y tenía ganas de comparar. De esa excursión hablaré otro día.

Total, que subimos el sábado y mi pobre buga, con sus añitos encima y el carburador muy pachucho se estropeó. Cuando se quedaba en ralentí se calaba, lo que hacía que fuera un calvario cada parada, porque encima el puñetero se inundaba si no tenías cuidado al arrancarlo en caliente. No es que esa avería fuera nueva, porque ya le había ocurrido más veces, pero no por común y corriente se hacía llevadera.

Total, que fuimos directamente hacia la subida a Los Lagos, sin parada en Covadonga ni nada. Subiendo los Lagos no hubo demasiado problema, porque fuimos capaces de subir sin parar y la avería del coche no supuso ningún problema.

Llegamos arriba y lo primero que vimos fue el Lago Enol, con el árbol que estaba desnudo el invierno anterior cuando estaba todo nevado. seguimos adelante y llegamos al lago Ercina, donde comprobamos que no éramos los únicos que habían decidido acampar esa tarde. Decidimos montar las tiendas cerca de los demás, por eso de que no conocíamos, ni sabíamos... y tal.

Mientras montábamos las tiendas cayó la niebla. Era una niebla espesa, de esas que te tocas la nariz porque te la ves, pero poco más. Así que allí estábamos, con el coche estropeado, con niebla, y con un frio que pelaba, y eso que estábamos es Septiembre. La niebla trajo humedad. Y como éramos novatos en eso de acampar no llevábamos esterillas ni nada parecido. Lo único que teníamos era un par de plásticos de la fábrica de mi padre, de tamaño aproximado de una persona, que colocamos debajo del suelo de una de las tiendas.

Se levantó la niebla y descubrió un cielo estrellado como casi nunca se ve. Fuimos al lago Enol dando un paseo y la vista era increible. Había dos cielos y dos lunas, porque el cielo estrellado y con luna se reflejaba en el lago. Intenté sacar una foto, pero ni la cámara de fotos ni mis conocimientos por aquel entonces permitieron que saliera el paisaje que contemplabamos con los ojos y la boca abierta.

Volvimos a la tienda y cuando estábamos tranquilos comenzamos a oir jadeos.

Era de una tienda que se movía rítmicamente. En otra tienda de al lado se morían de la risa y animaban. Yo no podía más con la situación. No podía parar de reirme. Mis dos amigos se retorcían por el suelo de la risa. Y entonces se oyó una voz de chico, dentro de la tienda que se movía, y dijo algo así como “yuju”, a lo que mi amigo respondió a gritos “enhorabuena”… y todos nos reimos mucho.

Más tarde, cuando comentábamos la batalla, llegó un hombre a pedirnos ayuda. Un pastor de la zona había bebido tanto que le había dado un yuyo, echaba espuma por la boca y tenían miedo que no pasase de esa noche. Como la cafetería (que por aquel entonces era el único sitio donde había un móvil) estaba cerrada, arrancamos el coche (sí, ese coche estropeado) y nos fuimos en busca de ayuda. Pero claro, ¿Quién va a abrir la puerta a tres jóvenes con un R-5 amarillo y con las caras que gastábamos? Total, que volvimos y empezamos a tocar el claxon del coche, hasta que hartamos a todo el mundo, a los de las tiendas, y a los de la cafetería, y entonces abrieron (supongo que para echarnos la bronca), pero cuando les contamos el problema nos prestaron el teléfono, con el que llamamos a la guardia civil, que a su vez envió una ambulancia. Más tarde nos enteramos que aquel hombre había recibido asistencia y aún seguía vivo.

Ya era madrugada y estábamos cansados, así que volvimos a las tiendas. Y comprobamos que el suelo estaba húmedo y que había traspasado el suelod e las tiendas, excepto donde había puesto los plásticos, pero éramos 3 y los huecos eran 2, así que el menda durmió en el coche. Y fue la vez que más frío he pasado en mi vida.

Al día siguiente nos levantamos temprano. La tienda que se movía rítmicamente volvió a moverse rítmicamente (lo que no shizo mucha gracia). Aquellos dos sí que pasaron una buena noche.

Por la mañana intentamos arreglar el carburador. Parecíamos “cirujanos” operando. A pesar de desmontar el carburador y quitarle porquería, el coche seguía igual, así que tendríamos que bajar los Los Lagos con el coche en ese estado.

Nos fuimos y cuando llegamos a Covadonga el agujero taponado del carburador debió destaponarse solo, el coche volvió a funcionar bien, y nos fuimos a Perlora donde estaba el resto de los amigos de aquel entonces tomando el sol y jugando a Volei. Fue una aventura épica, y a pesar de no poder disfrutar de la belleza de aquellos lugares como hubiéramos deseado al final nos quedó un buen sabor de boca… al menos a mi.

Algunas fotos del lugar (aunque no expresan lo bonito que es ni de lejos):