martes, 18 de septiembre de 2007

Patriotismo

Siempre hay algo que me llama la atención cuando un deporte se comienza a seguir de forma masiva. En este país, al ciudadano medio en la mayoría de los casos, y exceptuando el fútbol, no le gusta un deporte por el deporte en sí, sino porque quien participa en él saque resultados buenos o malos siendo Español.

Recuerdo quien veía el tour de Francia antes de que participase Perico Delgado (en los buenos tiempos de Hinault). En España veían el tour cuatro gatos. Pero claro, comienza a despuntar Pedro Delgado un poco, y como es Español, todos a seguir el tour. Importa poco que no se hayan subido a una bicicleta en su vida, y que Perico sea Segoviano y ellos de Cadiz o La Coruña y no lo conocieran ni lo fueran a conocer en su vida… Pero es español… y como es español, lo toman como algo suyo.

Ocurrió después con Indurain, y ahora ocurre en mayor medida con Fernando Alonso.

Tele5 compró los derechos de retransmisión de los campeonatos del mundo de fórmula 1 a precio de risa. Eso fue antes de que Fernando Alonso comenzase a despuntar y a ganar carreras. Nadie veía los grandes premios excepto los verdaderamente aficionados que eran cuatro. A partir de entonces, un público marginal comenzó a crecer hasta los 7 millones de espectadores en directo y hora punta, lo cual es una cantidad más que respetable.

¿Qué sabían estos 7 millones de nuevos aficionados al automovilismo antes de que Alonso comenzase a ganar? Poco o nada, pero por ciencia infusa son amplios especialistas en motores, escuderías, formas de salir en las carreras, formas de pilotar, neumáticos y lo que se tercie. Todos están legitimados para discutir si un coche obstaculiza a otro y lo que es legal y lo que no. Todos expresan su opinión y se enfrascan en amplios diálogos de besugos donde el mejor es el que dice la tontería más grande. Tanto es así, que si no te metes en ese diálogo y das tu formada opinión el lunes posterior a un gran premio vas a tener tu boca cerrada, porque en el trabajo no se habla de otra cosa.

Y es lo más importante. Si pasas por el parque cuando se está disputando un gran premio oirás a alguien preguntar como le va a Alonso, como si ellos llevasen comisión o algo.

¿Bajarán los garbanzos porque gane o pierda Alonso? Pues no, los garbanzos costarán lo mismo gane o pierda. Pero la gente actua como si bajasen cuando gana y subieran cuando pierde. Nunca lo entenderé. Lo más gracioso es que si tuvieran que pagar a Alonso porque es español y “nos representa” nadie soltaría un duro. Es justo si tenemos en cuenta por que corre Alonso, o Perico o Indurain: Por dinero. No corren por ser españoles, e intuyo que les importa poco. Si a Alonso le dijeran que iba a cobrar 10 o 20 millones al año en vez de los 3000 millones que dicen que cobra, pero a cambio representaría a España… diría que se metieran la representación por el fistro, porque corre, como es lógico, por dinero.

Por otra parte conozco extranjeros que me caen bien y españoles que me caen mal. Nunca entenderé que se apoye a alguien por el lugar donde ha nacido y no por su competencia.

Al final solo es patriotismo de hojalata.

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